Cuando ayer contemplábala serena
Mirando tranquilamente lo azul,
La observé rodeada de esa luz
Que ilumina el cuerpo de gente bella;
Tenía aura de fuerza tan suprema
Que le dije: -mi amada, eres tú
Un manantial de vida y de virtud
Y, de todo mi amor, única dueña;
Ella sólo sonrió y con gran cariño
Tan solo me abrazó con mucho amor,
Me tomó de la mano, dio un suspiro,
Me sentí extasiado de pasión;
Con sublime ternura, nada dijo,
Mas, con fuego en los labios, me besó…