Y crece y crece
la inconstancia
definida...
en la hoja de su vuelo,
despeinada...
en la gloria de su beso,
desnudada...
al impasse de su sonrisa,
y reza, reza...
desgarrado en la herida
que no piensa,
deshojado...
por la gracia
sin consuelo,
del clavel
inconsolable...
en que se mira.