Cada lámina sonríe con la pluma de Sabines;
porque es borracha en cada línea,
desnudando una mujer, un amor, un reflejo;
el amor seco y el que ama.
Las láminas sonríen y yo con ellas
por la pluma de Sabines;
porque ella escribió huellas que reconozco,
porque ella escribió que a Jaime le encantó Dios.