CASAPUEBLO
autor: Jorge Horacio Richino
Imponente te levantas sobre el acantilado
en un hermoso paisaje llamado “Punta Ballena”;
tu figura escalonada con su mirada hacia el mar
descansa como apoyada, sobre rocas… entre arena.
Monumental obra de arte de Carlos Páez Vilaró
señor de máximas artes que realizó tal belleza,
de aspecto deslumbrante y mágico…
por su blanco inmaculado y su espléndida grandeza.
Desde sus amplios balcones se divisa el gran Atlántico
… fuente de azuladas aguas, brillantes en su magnitud;
y en la tarde la arrogancia del tibio sol que se esconde
despliega su dulce encanto cuando cae en plenitud.
Le pusieron “Casapueblo” y es tan solo una escultura,
así dijo su creador sobre tamaña estructura,
pero el término “obra de arte” es el que mejor le queda
… aunque no cabe al artista nombrarla de esa manera.
Emociones singulares produce estar en su entorno…
sus ambientes laberínticos, su regios cuadros y objetos,
y un halo de fascinante embrujo inunda los sentimientos;
es la casa, con su hechizo, que impone sumo respeto.
Con buen tiempo o con tormenta seductora es la visita
… si puedes no te la pierdas, menos cuando cae el sol,
pues no existe en todo el mundo atardecer tan intenso
cuando el astro rey se aleja… listo para otros encuentros.
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Jorge Horacio Richino
Copyright
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BIOGRAFÍA DE CARLOS PÁEZ VILARÓ
fuente: Wikipedia
Resumen y correcciones: Jorge Horacio Richino
Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo, Uruguay, el 1 de noviembre de 1923 y falleció en Punta Ballena, Uruguay, un 24 de febrero de 2014. fue un pintor, ceramista, escultor, muralista, director, escritor, compositor y constructor uruguayo. Con 18 años viajó a Buenos Aires para trabajar en una fábrica de fósforos y luego, en el sector de las artes gráficas.
A los 20 años regresó a Montevideo donde, impresionado por las comparsas de los barrios, y por el conventillo donde se estableció, se vinculó a la comunidad afro-uruguaya y comenzó a colaborar en la preparación del desfile de llamadas, interiorizándose en el folclore afro-descendiente. A partir de este acercamiento realizó varias obras pictóricas mostrando distintos aspectos de la cultura y de la vida cotidiana de la comunidad afro-uruguaya.
Formó parte del Grupo de los \"Ocho\", agrupación de artistas plásticos uruguayos que surgió en 1958.
Se casó en 1955 con Madelón Rodríguez Gómez y se divorció en 1961. Con ella tuvo tres hijos: Carlos Miguel, Mercedes y Agó. En 1989 se casó con Annette Deussen, y tuvieron tres hijos: Sebastián, Florencio y Alejandro.
Casapueblo, su «escultura habitable», es su más famosa creación, cercana a Punta del Este, Uruguay. Ha sido una de las principales atracciones turísticas en el país desde finales de 1960.
En 1958 empezó a construir Casapueblo , denominada por él mismo como una «escultura habitable» ubicada en Punta Ballena a 13 Km de Punta del Este. Con el tiempo además de su hogar, el lugar se convirtió en taller y posteriormente también en museo y hotel, siendo uno de los atractivos turísticos del departamento de Maldonado en Uruguay. Páez Vilaró la definió de la siguiente forma: \"La construí como si se tratara de una escultura habitable, sin planos, sobre todo a instancias de mi entusiasmo. Cuando la municipalidad me pidió hace poco los planos que no tenía, un arquitecto amigo tuvo que pasarse un mes estudiando la forma de descifrar sus laberintos internos y habitaciones.\"
Una de sus obras más destacadas es un mural de 162 m. que une la sede antigua de la Unión Panamericana con la moderna. Pueden encontrarse obras suyas en varios países: Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos, Haití, Panamá, en varios lugares de África y Polinesia, entre otros.
Además de la pintura incursionó en el cine en 1967, como co guionista de la película Batouk, dirigida por Jean-Jacques Manigot, largometraje de 35 mm en color. La película participó del Festival de Cannes de 1967.
El 13 de octubre de 1972, el avión Fairchild Hiller FH-227 de la Fuerza Aérea Uruguaya, se estrelló en la Cordillera de los Andes, con 45 personas a bordo, una de ellas era su hijo. De esta manera se vio involucrado en la denominada Tragedia de los Andes, a través de su hijo Carlitos Páez, que integraba el equipo de Rugby Old Christians, durante los 72 días que duró su desaparición fue uno de los líderes en la búsqueda de sobrevivientes. De dicha experiencia surge su libro Entre mi hijo y yo, la Luna.
«Entre Carlitos y yo estaba la luna que me miraba desde el cielo. Y yo le había chiflado detrás de la Cordillera, como para que supiera que estaba ahí».
Falleció el 24 de febrero de 2014 en su Casapueblo, donde vivía y trabajaba. En una nota enviada al diario El País, el 6 de febrero, pocos días antes de morir, con relación a las llamadas, en las cuales participaba todos los años, sin ser el 2014 una excepción, escribía Carlos Páez Vilaró: \"Hoy a la noche, cumpliendo mis 90, cerraré mi aventura entre tambores. Un final que nunca quise aceptar, pero que la vida nos obliga a cumplir. Del brazo de Cachila, en Cuareim 1080, y frente a la sonrisa de Carlitos Gardel, trataré de darme el gusto de retirarme dándome un baño de pueblo. Recorrer entre humaredas de chorizos al pan las callecitas doradas del barrio Sur y abrazarme con su gente por última vez\".
Días después recibió ese baño de pueblo. A pedido del presidente José Mujica.
Sus restos fueron velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo; concurrieron personalidades de las dos orillas del Río de la Plata, incluso el intendente del Tigre, Sergio Massa. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio del Norte.
En febrero de 2017, se designó la Ruta Panorámica de Punta Ballena con el nombre de Carlos Páez Vilaró.