Cuando el sueño
se nos muestra
indecoroso...
en la daga
deshojada de su boca,
entre lánguidos latidos
deslazados...
por la garra de su risa,
ya un intenso invierno
se nos despereza
lánguido y vital...
desnudado por la rosa,
entre pálidos
clamores...
de esperanza
azul y herida.