Con fe reclamo la soledad que me pertenece
y refiero mi compromiso
absorto en el horizonte
sinceridad ardida en un vistazo diletante
que desprende olor de clausura a quemarropa
cae la fina penumbra vespertina del alambre
escueta carta a tu piel desmelenada
roída charla de conversos habituales
que atrofia tu gestualidad
descrita en los posos
me juego a la ruleta un poema silencioso
mudo de cadencia prístina
fotografiado en pantallas a flor de piel
así tiendo la ropa, tomo café
o me vierto en playas en desuso