Nostalgia, esa que me acompaña en las noches de lluvia,
en los días tardíos, aquellos en los que sin expresión esta el cielo,
estos que en el transcurrir de solo un minuto
crean la ilusión de haber vivido años.
Ayuda creo necesitar cuando siento el vacío del abismo,
cuando en lo profundo de mi alma se enciende la alarma de colisón
y creo sin voluntad que debo desnudar mi vida
para percibirme, para descifrarme.
Necesidad de salir del dualismo de mis ideas,
de la incoherencia de algunos pensamientos, de los actos disímiles,
de las noches de desvelo sin valor alguno,
aquellas en las que el espectador es solo el silencio.
Búsqueda de verdades absolutas, reconociendo su inexistencia,
empeño de vivir en un solo polo y luchando en mi contra,
eso es lo que siento en el poco tiempo
que llevo perteneciendo a esta paradójica vida.
Encuentro el error de buscar en personas las respuesta
en objetos, en palabras ajenas, descubriendo así que solo yo se mi sentencia,
siendo esta tan mía que se vuelve cambiante,
como la vida misma a la que tanto temo y en la que tanto me arriesgo.