Ya nada satisface los deseos
De aquellos que veneran la maldad,
Viven entre voraz sensualidad,
Mentiras y falaces devaneos;
Sus vidas son constantes coqueteos,
Ambición, ignorancia y vacuidad;
Hundidos en abismos de crueldad,
Esconden que en verdad son siempre ateos;
Con el pueblo se muestran abusivos,
Las palabras para ellos son engaños;
Aparentan que son muy compasivos,
Y ocasionan dolor y graves daños;
Del bien y la verdad, son evasivos,
Dirigen al abismo sus rebaños…