La cosecha de ideas.
Que los sabios sembraron.
No soportan el clima,
que a la simiente azota.
La semilla se atrofia.
Como un miembro sin uso.
Como un barco sin rumbo,
que las olas quebraron.
Se despierta la idea.
Cuando los pensamientos,
se retuercen pensando.
Serenamente acróbatas.
Traviesamente sabios.
Atrevidos danzantes.
Prudentemente osados.
Luna roja de sueños.
Corazones que bailan.
Caminantes del tiempo,
que los límites pasan.
Soñadores eternos,
de profunda mirada.
Soportando el vacío,
de la gente que pasa.
En el tiempo que queda,
libre vuela el mañana.
Trotan los pensamientos.
Desbocada manada.
Buscando la aventura,
de la vida creada.
Con las crines flotando,
soñando enamoradas.
En el borde del río.
Como una luz palmaria.
Danzan locos los niños.
Beben de la corriente,
de sus pequeñas almas.
Y la voz penetrante,
que la corriente abraza.
Aventuras sin nombre.
Travesuras sin mancha.
Entre el cielo y la tierra.
Sueñan viven y cantan.
Pensamientos sin rumbo.
Con las ideas claras.
A. L.
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