Maricel peña

Mi musa

Mi musa está sentada, arriba allá en la rama,
me mira, y me sonríe, pero no se acerca nada,
está muy aburrida, se estira adormilada.

No entiende como quiero sacarle las palabras,
palabras tan sencillas tejidas con su magia.

Mi musa está rebelde, sentada allá en la rama,
me mira juguetona, hace guiños y se escapa.

Me mira desde lejos, se burla y me sonsaca.
Me siento confundida, mi mente está ofuscada,
la miro desde lejos, me pregunto ¿Qué le pasa?

Mi musa vuela libre, y yo intento encerrarla
me mira juguetona, hace muecas y se escapa.

Mi musa es muy coqueta, voluble y obstinada,
se escapa si ella siente que quiero dominarla.

A veces es sombría, a veces es muy trágica
de pronto es muy alegre ayudada por la magia.

Mi musa está repleta de historias no contadas,
ella caprichosa las lanza al aire todas
y grita sonriendo ¿Por qué no las atrapas?

Mi musa es tan traviesa, a veces es muy quieta
A veces exaltada, a veces me sorprende dictándome palabras.
A veces me confunde, y pienso ¡ya está atada!,
me apunta con su dedo negando mi esperanza.

Mi musa ¡si pudiera dormir allí en tus faldas!
sentir que estás atada, y soy dueña de tú gracia,
pero eso es imposible, no existiría la magia,
esa magia con que cuentas las historias, los poemas,
Y dibujas cada letra conformando las palabras.

Mi musa ven aquí, duerme en mí regazo,
déjame peinar tu pelo, descansa tranquila un rato
déjame tejer la trenza con que atrapo tus relatos.