calle, deje que tu hablaras.
me mordi la lengua
para no herirte con mis palabras.
tus ojos eran de fuego,
y tus palabra, crueles dagas
que clavaban por dentro.
respire profundo,
me contuve lo que mas pude,
y sali a caminar por ahi.
estabas presa de la ira,
de los celos sin sentido;
mi silencio era un emisario dulce
para esas lagrimas
que no viste derramar de mis ojos,
y que, sin embargo, llore.
no quise ofenderte,
no quise hacerte daño;
me gritaba en silencio mi mente
que respondiera a tus reparos,
pero mi corazon me decia que callara
porque el silencio habla mas
que el enojo desatado.
calle, no quise decirte nada,
para que, si al fin y al cabo
el amor tambien calla........