Te vas como olas del mar dejándome desnuda,
seca como la arena,
abandonada.
Y de repente vuelves,
náufrago y capitán
de mi cuerpo sumergido
y tempestuoso.
Voy a gritar que tus manos me mantengan firme
para que el viento no se funda con mi pelo
y me arrastre - brutal - en cualquier noche.
Y cuando tus ojos terminarán
de recorrer los pasos de mis alas,
yo -golondrina loca -
te tocaré las sombras
y la mirada.