Se compró la primavera
un pedacito de cielo,
una puerta a la quimera
y aderezos para el pelo.
En la llar puso dinteles,
rubíes y aguamarinas,
muérdago, rosas,cimbeles,
verdes puso las cortinas.
Cabriolas de toda gloria
daban delfines por el mar,
torneaban como noria
rondaba por su lumbar.
Con que gracia por su tálamo
trotaban pardas perdices,
la blancura de aquel páramo
jilgueros y codornices.
Ay esos mirlos colmados,
la cantina de las aguas,
los amarillos sembrados
y los tordos con sus fraguas.