Bienvenida mentira
haces mi vida mas lírica;
sin ti el dolor
en mi se ensañaría.
Gozoso de sentirse rey
sus garfios
me atenazarían.
Hoy como ayer
me libraste del tribunal inquisitorio
y volví a los brazos de mi querer
sin juramentar en qué dormitorio
dormí con otra mujer.
Mentiritas dulces, mentiritas blandas,
mentiritas blancas y grises;
mentiritas del tamaño de una nuez,
mentiritas grandes como
ruedas de molino.
Mentiritas dichas como sentencia de juez.
Ayer me mentisteis que volvías
y he estado aquí esperándote,
vestido de gala porque te casarías.
Ha pasado la luna reflejándote
me ha dicho que ibas camino al poniente
sintiéndote ligera como el viento,
dichosa y sonriente.
La he ignorado porque se que miente
tú aparecerás grávida de sueños
con tu vestido aterciopelado de luna
y tu lánguida voz de merluza
llamándome desde el torrente de tu lago,
corriendo abrazarme.
Esto también es una silente mentira
para engañar al despechado y estrafalario corazón
Que ignora que mentir
Es otra forma de morir.