Sentada en mitad del bosque
miro el horizonte,
con la vista perdida
en busca de ese mar azul
que me vio crecer.
Reflexiono y pienso,
¿cuánto, cuanto me queda?
Abro los brazos queriendo abrazar
a un mundo que no veo muy leal,
y, busco entre los matorrales
ese pequeño arbusto que me hable,
que me hable de amor, de paz.
¡Ay humanidad!
¡cuanto daño hacemos a los demás!
Y busco de nuevo mirando al fondo el mar
y veo, tropiezo con tus ojos
honestos, pequeños y sonrientes.
Y corro para refugiarme en tus brazos,
porque en ese refugio encuentro
esa paz que yo, amor tanto busco.
Ese pequeño momento de amor
entre tanto absurdo, entre tanto dolor.
Y, vuelvo a suspirar pensando
en esa triste y oscura humanidad.
Higorca