\"No ponemos sogas en nuestro cuello/ aunque de mucho puedan culparnos,/ hemos sido fieles e infieles y no por ello,/ salimos corriendo a ahorcarnos\".
Judas eres tú, soy yo mismo, es ella, es él;
nadie puede hoy liberarse de ese estigma,
en algún momento tú cumpliste ese papel
y no se trata de un misterio o algún enigma.
Es algo muy claro, que a todos nos toca,
la traición de muchos ángulos puede verse;
traiciona aquél que deja salir de su boca
algo que bajo promesa no ha debido saberse.
Traiciona el que plagia sus poemas y los vende
como obras originales absolutas de su autoría,
es traidor quien te abraza y dice que te entiende
y te clava un puñal como señal de que “entendía”.
Traiciona el que tiene en sus manos el destino
de todo un país que en él ha puesto su confianza,
quien en vez de hacernos más fácil el camino
nos llena de obstáculos nuestra vía a la esperanza.
Traiciona quien dice “te amo” y sus dedos cruza
para poder jurar sin problemas de consciencia,
quien tiene la oportunidad de cumplir pero abusa
y no le importa si su mala acción trae consecuencia.
Traiciona el maestro que no enseña y que maltrata,
quien usa sotana y debajo de ella malos hábitos oculta;
todo aquél que exige respeto a su vida pero mata,
quien debiéndote mucho respeto... te insulta.
Traiciona el soldado al servicio de una ideología,
el mismo que su fusil contra su pueblo apunta;
aquél que amarte para siempre prometió un día
y al final de todo descubres que no te amó nunca.
Traiciona el padre que nunca buen padre ha sido,
la madre que de su hijo no ha estado pendiente;
el amigo que teniendo su mano no te la ha tendido,
el que trata por conveniencia de cambiar tu mente.
Judas eres tú, soy yo mismo, es ella, es él;
no es una verdad que acaba de salir a la luz,
todos en la vida alguna vez tuvimos ese papel
y no sólo aquel hombre que entregó a Jesús.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
Derechos reservados
Libro: http://goo.gl/YYLd72
Correo: [email protected]
Twitter: @poreros
Imagen: de Google