Cuándo entenderemos, (sobre todo yo)
que el asunto espinoso, ese de quererse
no es asunto de ver, que con nada verse
sino la magia de rimar “amor” con todo
Que el “buenos días, amor” nunca sobra
y en cambio el darlo por asumido, trata
del menosprecio de un amor que mata
lo poco que la palabra, tiene de obra
Y así, escribo de amor puro e infinito
mientras mi amada duerme a solas
y yo me voy a acostar solo y contrito
y escribo poesía, como un mar sin olas
que se pierde buscando el verso bonito
solitario, entre tules, versos y caracolas