Cuando sumisa dormía en mis castillos de tierra,
la poesía me amó en sus alas blanquecinas
y me llevó a volar en sus nubes de Erato y Calíope.
Presta acepté su invitación de gala
y blandiendo siempre la bandera de sus metáforas y rimas,
surqué sus oleajes bravíos
y vencí.
No me negó su aliento la diosa poesía
y me entregó sumisa sus volátiles alas.
Sus egregios perfumes derramaba en mi lecho,
y sin que me diese cuenta
ataba mis ojos a sus pupilas.
Me poseía toda entera,
y me hizo el amor con toda el alma.
¡Cómo nadie lo había hecho!
¡Era ella, la musa de la ensoñación
que en sus trenzas alborotadas me enamoraba!
Y yo...
me dejaba
¡Extasiada!
La poesía me buscó, me halló y me amó,
y en sus aureolas doradas resplandecientes
para siempre me conquistó.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados