Hay momentos en que el alma se estremece de pavor
rebujándose, buscando donde estar no encuentra lugar
instantes vive el hombre, solo segundos de felicidad, ¡quimera!
va meditando en la injusticia que prevalece.
Al despabilarse ve caer el tiempo sobre sus hombros
escuchando los gemidos de la estoica humanidad,
amurallada por el terror ya no hay en quien confiar
lejos sé escucha al viento fugitivo hacinando los soplidos.
¿Será acaso el final de la sensibilidad?
pregunta sin respuesta, todo ha cambiado,
hasta el verano compungido se ha mudado
va sin florecer huyendo amedrentado,
el invierno, la primavera sin piedad ha confiscado.
Invidente la justicia ha zarpado
llevándose consigo la esperanza
hoy en día destaca la lucha cruenta
exterminando al género humano,
la corrupción y la siniestra maldad han triunfado.