Como cambia la flor,
sus colores de seda.
Como torna el plumaje,
que embellece a la alondra.
Como la vida muta,
en su diversa alfombra.
El olor de los besos.
Presos en esa aurora.
Flotó sobre los cuerpos,
con su sabor a rosas.
Una ninfa bailando.
Un sinfín de cabriolas,
vibrando entre las olas.
Oleadas de sueños,
inundando la alcoba.
Como cambia el destino,
cuando el sur es el norte.
Cuando en pasos fallidos,
el valor no responde.
Cuando seca la pluma,
se secan las razones.
Cuando vuelan sin rumbo,
perdidos corazones.
La luz en la penumbra,
forcejea en la sombra.
Abre paso a empujones,
su liviana presencia.
En la batalla gana,
a pesar de su ausencia.
En la profunda grieta,
que deja la amargura.
Brotan como semillas,
nuevas formas de vida.
Bebiendo de la esencia,
que en su seno perdura.
De los jugos vertidos,
en las sendas vividas.
Como cambia de rumbo,
el viento que la agita.
Así cambia la noche,
que deja paso al día.
Transformando en el alba,
la eterna letanía.
Las voces nuevas hablan,
con viejas sinfonías.
El polvo se ha posado.
Sobre la tierra fría.
A. L.
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