Santiago Miranda

Besar la húmeda herida

 

Por subsanar el surco abierto, un tajo
Efecto de otra boca mal hablada y el uso
Incorrecto, dado a un par de labios, hambrientos
Como también a la palabra, silencio
Por abrir la boca y recorrer la tibia
Hendidura, que el mundo abrió en tu consciencia
De indefinidos cuerpos; tiempos yuxtapuestos
Y lugares, descender; besar con lengua
En búsqueda del alimento o el fuego necesario
Es tumbarse fuera, de la luz y la molestia
Lentamente, a la suspensión del tiempo mayoritario
Tras recorrer asperamente cada curva, apegar
Los labios al borde del laberinto y su escalera
Circular encarnación de caracolas, apegar el odio
Por escuchar el mar sin tenirse del púrpura
De tiro, oigo cuánta historia de suspiros, constante
Voy y vuelvo, cuánta vez sea necesario, al pliegue
Cavernario y rupestre, pictograma en los montes
De Venus Olímpica; erinys, calipogia, floreada de epítetos
La flecha equidistante aproximada al arco, recibes
La pluma pegada al sueño de ojos en blancas
Hojas exiguas, lunas que no sangran, playas
Relumbrando, gimnasticas, moldeando su arena
Entregando su espuma, salada en la boca certera
Ofrecer la exhalación a través de la ranura, hasta
Que la pierna cierre al cuello, hasta que la roca reviente
La ola quizás otra alma vuelva allí por el canal a su morada
Y recojo la miel, bebo el dulce magma en el desierto
De lo real que es el mundo excepto la cama; miel y leche
Paraíso recuperado de instantes fuera del tiempo
Recreaciones del origen; Big bang! / Y alguien muere
Por entregar su espíritu a un nuevo origen
Enrollado en ese pequeño dolor tras la intensidad
Secarse la boca, mezclar la ceniza, quedarse dormido
Pero solo en tu miel encuentro la mar la mer del plato felino
Ásperas lenguas de fuego: No hablamos sino en exabruptos
Fuera del lenguaje pero no del significado pleno
Interjecciones; segmentos del placer
En el sujeto ya libre de estructura
En la persona hasta la máscara desnuda
En el ser vivo en estas pequeñas muertes
Que dan sabor y sentido, efímero
Y volver por más en aquello, ya hoy como mañana
En la resistencia cotidiana; nuestro sacrificio
Único es la asimilación de las fases de los minimos
Astros en el borde de los astros, que desastre
El acabarse continuamente con el apoyo del mundo
Siempre dignos, besar otro cuerpo no es sino el mejor trabajo