Ella quedo nublando su mirada
y se hacía aún más pequeña
era el adiós de su cuerpo
de moribunda noche de llanto.
Sobre su cuerpo yerto
manantiales de sueños
y aquel llanto
de los hijos en el tiempo.
El olvido te llevará en sus brazos
bajo el grito de la vida
y sonarán los cristales
música de sombras arrugadas.
Ahí estás
nublando la mirada
quizás aún delgada
como el viento sobre el río.
Y tu sonrisa ventajosa
de miradas que se fueron
y la lluvia sobre tus manos
y el silencio romperá el cristal
por el adiós de tu cuerpo.