Ramón Luzardo

MARGARITA

Ella quedo nublando su mirada

y se hacía aún más pequeña

era el adiós de su cuerpo

de moribunda noche de llanto.

Sobre su cuerpo yerto

manantiales de sueños

y aquel llanto

de los hijos en el tiempo.

El olvido te llevará en sus brazos

bajo el grito de la vida

y sonarán los cristales

música de sombras arrugadas.

Ahí estás

nublando la mirada

quizás aún delgada

como el viento sobre el río.

Y tu sonrisa ventajosa

de miradas que se fueron

y la lluvia sobre tus manos

y el silencio romperá el cristal

por el adiós de tu cuerpo.