Sé que en este hermoso vergel
soy una
entre un millón
y que entre toda la belleza que a mi entender
se yergue majestuosa,
yo no alcanzo a rozar
el rayo de un atardecer.
Pero si tú me miras,
si por un momento te acercas
y pones tus furtivos ojos
sobre la brizna de hierba que soy
sé que no es baldía mi existencia,
creo, en mi debilidad,
que soy más fuerte que el gran bambú
y más alta
que la más inmensa sequoia.
Si tú me miras,
si te acercas
a besar mis lívidos pétalos
de tonta flor,
si al oído susurras dulcemente
\"mi amor...\",
entonces me envidian las rosas
y palidecen las camelias.