Acabo de marginar una parte de mí
para poder mirar directamente
lo que me hace falta
debajo de mis últimos reflejos;
quizá me quede herido en un minuto
o disuelto en un segundo
o fundido en este súbito momento.
Tal vez, esa parte cercenada era mi alma
y miro ahora las piezas desoldadas
en el laberinto de mi cuerpo muerto.