Creo que las flores amarillas
huelen a lodo podrido
y creo que las mariposas amarillas
vuelan en tiempos perdidos.
Puedo tener la noche entera
puedo tener la luna y una hermosa palmera,
pero no quiero más que un recuerdo
y un postrero entendimiento.
Qué puedo hacer si el horizonte
no es más que una colina insistente
y un falso amor ecosistémico
en medio de un pueblo cementerio.
Solo me queda esperar poblado de tedio,
que lo amarillo vuelva a ser amarillo
y que flor y mariposa se conviertan en poniente.