José de Jesús Camacho Medina

El Espíritu Inquebrantable

Reconozco al León por sus garras;
un Hombre se ha aferrado a un ideal
y se ha convertido en alguien diferente,
mientras un suelo de células de plata
le besa los pies al águila del fervor;
es honor a quien honor merece.

Indeclinable voluntad de vencer
a los obstáculos de sus senderos,
y una fe infinita para su causa,
fueron los eslabones de la cadena;
que desembocó en legados nobles
y supremos.

Chispas de posibilidades,
se han transformado en llamas
de realización,
los hombres buenos se consolidan
sin cese ni finiquito,
el oro brilla más que el carbón.

Arte es la obra de su vida;
un verdadero artista del diario vivir,
hurgando en las reservas de la existencia
en las que no se sueña,
el corazón de un alma inédita que a eternidad
ha de latir.

Reveló un sabio anciano por el mundo:
“¡El mundo es de los que se atreven,
la gloria se obtiene con bondad y
con trabajo! ”
son las mismas virtudes que ha esculpido
un Hombre, en las albas y los ocasos;
un espíritu es fiel peregrino,
y con su esfuerzo ha fraguado; al manto sagrado
es el ejemplo que por cada testigo
es posible construir mas de mil santuarios.

Oro las letras de un nombre,
los grandes escriben la historia;
cuando el trabajo reluce al cobre,
quienes perseveran alcanzan la victoria,
el ser y hacer con fundamentos nobles,
es la llave a la trascendencia; aquí y ahora.