Frágil hoja que cae y se despierta
balbuceo del cielo al desamparo,
su suspiro, se queja, yo reparo,
en la pálida calle ayer incierta.
Su sonido, es umbral que desconcierta
y concita la voz de su descaro,
cuanto más lo repite, más comparo,
a la gente en la calle descubierta.
Caen hojas sin tregua, malamente,
con la diáfana luz de las estrellas,
que convierten la calle, en mi querella.
Vocifero negando mi presente,
quiero estar, sin cemento ni doncellas,
que no dejan, ni el rastro de una huella.
Claudio Batisti