¡DULCE ALIENTO!
Alejandrino
Por dentro llevo el duende que calma sed y angustia,
te estoy haciendo un sitio y allí podrás beber
conmigo el agua viva, no he visto faz más mustia
Ardiendo en sus deseos, de amor que enseñe a ver.
Preparo un buen caldero donde ardan nuestros males,
azuzan mis poemas las ganas de vivir,
son versos muy coquetos, matices musicales
Que amasan estas manos expertas en sufrir.
Pregunto qué motivos nos van volviendo estólidos,
pasamos muchos años buscando una respuesta,
correr solemos luego sin brújula, cual bólidos
Gastando a toda prisa el don que más nos cuesta.
No olvido yo que he sido vaciado, en molde tierno
y el barro me aportaron humildes alfareros,
me dio su dulce aliento y fiel calor materno
la flor que presta amparo en nuestros días primeros.
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino.