Ser palentino es ser suavemente de pueblo,
afable y abierto con los extraños,
con la sobriedad castellana y la alegría andaluza,
respetuoso con los demás y sus sueños.
Ser palentino es hablar bien,
Ser tranquilo y afable,
conservador y orgulloso de tu origen,
y sobre todo amable.
Ser palentino es ser de pueblo,
algo quizá confiado,
orgulloso castellano,
pero sin embargo respetuoso y veces dignamente resignado.