En tu cuerpo dos montañas
en las que tocare las estrellas,
con el manto azul y oscuro a tu
lado mirare el resplandor de ellas.
Caminare por esa gran llanura
con bella y floreciente inmensidad,
con su blanco manto estelar
y su respladeciente vanidad.
Con tu cuerpo enamorado y
en cada centimetro un beso enmarcado,
por el centro un camino que
tu vientre me ha marcado.
En el caliz de tu cuerpo
de tus vinos eh tomado,
y con el veneno de tu piel
mi muerte ha llegado.
Arrodillada a tus pies
por antidoto eh rogado,
y con un beso de tu boca
la vida me has salvado.