Mi mente a veces olvida…
mi cuerpo ya no es tan atlético…
apenas, recuerdo tu cara excitada
En mis diarios hay escritos cientos de angustias.
Este mensajero del tiempo, cada cierta hora,
me asusta con su alarma,
…estos medicamentos…
…este olor a soledad…
No me canso de tocar la suave piel de tu cara,
gracias a la única foto nuestra que aún vive.
Mi recuerdo más concreto.
… los días de felicidad…
Yo vi tu muerte venir, y por más que le supliqué
... No me hizo caso…
Allí me quedé arrodillado al pies de la cama,
sentir tu alma abandonar el cuerpo,
mientras apretaba tu mano.
Me dejaste solo en casa,
... hace más de treinta años…
De aquel joven, que brincaba la ventana de tu cuarto,
solo queda el nombre y la sonrisa arrugada.
Siempre busqué en las esquinas quién suplantara
tu lugar.
Es a ti, a quién muchas,
deben sus mejores instantes de placer…
Pero la nostalgia siempre encontró alguna forma de abatirme,
y te confieso que a veces me divertía con ella.
Hoy más que mañana quiero renunciar a ese sol del aurora,
a ese credo que me heredaste.
Considero que hice un buen trabajo de padre,
los hice mayores y muy exitosos.
… tendrías que verlos.
Ya es hora, de que le digas a esa que nos alejó
que también venga por mí.
Que quiero amarte sin querer,
pues hace tanto tiempo que no me acuerdo.
Pregúntale si no está cansada de escuchar
mi llanto roto y consumido.
Que ya no sale yerba en el trillo que piso
para venir a verte.
Que aproveche hoy que estoy justo aquí…
…al lado tuyo.
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Pedro J.M.Valenciano
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