Wellington Rigortmortiz

* La Libertad de los dos…

Un aroma de libertad

puedo respirar

mientras a mi alrededor

yacen muertos

todos los sentimientos,

los anhelos, los afectos,

todos los esfuerzos

que juntos creamos,

que reinventamos

para el amor y el amar,

el alma puede

sentir ese viento tenue

recorrer los sentidos,

refresca

las entrañas del cuerpo,

de la mente;

los recuerdos,

solo son los estandartes

que clavados

y arrojados en el suelo

aun agonizantes

se aferran a vivir,

obtuvimos los dos

un triunfo

con sabor a derrota,

traicionados fuimos

por nuestras propias

pasiones,

que extenuadas,

solo deseaban huir

o inmolarse.

 

Un aroma de libertad

respiramos hoy los dos

por separado, mientras

alrededor solo miles

de sentimientos cadáveres

con expresiones de horror

y dolor en sus rostros

se van descomponiendo

envenenando el aire

con su hedor,

obtuvimos los dos

un triunfo

con sabor a derrota,

nuestras almas

ya son intrusas

la una para la otra,

tu piel, devorada será

quizás con amor

o con bestial indecencia

por ángeles y demonios

en este presente inmediato,

en el fatídico futuro,

ya nada cuanto nos suceda

importara para cada uno,

no importa en estos momentos

porque ya no existe nada,

eso es lo único

que nos pudimos regalar

con la libertad que quisiste

respirar durante

el maldito hastío,

hastío injusto

que me hiciste vivir

por desear la ilusa perfección

de un amor idealizado,

un amor, que enfermo, 

lleno de dolor, de pasados

no superados, ira,

decepción y frustración,

lucho por la individualidad,

una individualidad ganada,

conseguida cruelmente, 

…un aroma de libertad

respiramos los dos

por separado,

obtuvimos los dos

un triunfo

con sabor a derrota,

nuestras almas

intrusas son

la una para la otra,

ya nada cuanto nos suceda

importara para cada uno,

no importa en estos momentos

porque ya no existe nada,

eso es lo único

que me pudiste regalar,

…un aroma de libertad

puedo respirar,

…la libertad de los dos…