Al vencer... por primera vez
los muros de tus labios
me cediste en llanto
tus extensos territorios
Me bebí tus ríos
tus paisajes profundos
tus colinas de seda
desde el cielo terso de tu espalda
hasta el centro de tus más líricos antojos
Y así fue
que horadando tus paisajes más esquivos
tibia desmayaste... envolviéndome
en ese tibio cántico de lobos
Ensueño que aún respiro
y todavía con mi lengua toco
y que camina desquiciadamente por nuestra piel
encendiendo nuestros cuerpos
devorándonos y palpitando el más tierno azul
de nuestros ojos
Cuando me introduzco nuevamente en ti
y camino como una daga
hasta alcanzar la crepitante bruma
de nuestros delirantes
crematorios