Carlos Alcántara Mendoza

La niña del Valle de Aburrá

A la primavera le cantará,
lejos de la costa que el mar baña
voz dulce como miel de caña,
la niña del valle de Aburrá.

 

Negros son sus ojitos gitanos
que brillan como dos capulí
y tienen sus labios profanos 
fragancia a capullo de alhelí.

 

Adorna con orquídeas su pelo
que brilla como noche estrellada
y tiene escondido en su almohada
un pedacito que robó de cielo.

 

Ella es libre como un colibrí
y tiene su piel color de canela
grácil figura de una gacela 
¡Así es la niña, que me gusta a mí!