NO creo en las grandes ideas,
epístolas de denostados,
filósofos pegados a la tierra.
Como una figura espectral,
venerada de otros descréditos,
en lágrimas secas
que tan solo humillan,
a quien las mira.
Blasfemas de vistas ordinarias
de relicarios, de fe perdida.
Hendida en la profundidad de la herida
de angostos caminos por recorrer,
de desérticos lodazales en desiertos,
de soledades reprimidas y eternas,
en el silencio que impone el olvido.
Los elementos de la sociedad,
volviendo a la eterna clandestinidad,
de la más profunda soledad,
yo no sé qué va a pasar
más mis versos aman la libertad,
así han de expresar
el sentimiento del poeta al pensar.