Hidalgo Caballero M.

De madrugada.

 
 

 
 Me comí la noche
con mi añoranza,
me la comí,
como comía sus labios
y besaba sus senos.
Y acaricié  su piel
como siempre lo hacía
‪de madrugada,‬
a esas horas etéreas
‪de la mañana.‬
Y soñé su cuerpo
y sentí su alma,
como si fuera mía,
como si no existiera
nada que alterara
mi mundo en calma.