Bolívar Delgado Arce

EL CORAZÓN A DESHORAS

Y era solo mi voz gritando

en las madrugadas,

letras, frases palabras

que te buscaban, que buscaban

por lo menos tu nombre;

y era solo un eco

que golpeaba las piedras mojadas

de la calle sola

de las casas oscuras

y puertas desvencijadas.

Y tu voz en mi interior

rompiendo muros y quebrando

cristales

que caían en rocío y escarcha,

en lluvia tenue

con sabor a lágrimas,

en esas horas

con el corazón a deshoras.

Hebra de magia es escuchar también

en el griterío, tu voz en silencio.

Al fin, solo estamos tú y yo

no importa la multitud.

 

 

                      Bolívar Delgado Arce