A un puente viejo de las afueras
por el que aun se transitan las penas
tiene a sus derechas dos higueras
y a sus izquierdas las gentes buenas.
Tiene algo que me atrae aquel puente
vistas bajas de su única boca
el serpenteo de un río hiriente
muchos cantales y agua muy poca.
Como una fuente por sus orillas
manan las malezas, singulares
que son aquellas dos maravillas
que semejan piernas sus pilares.
Que rectas van sus dos barandillas
brazos caídos ambos del cielo
como las trenzas de dos chiquillas
que al agacharse tocan el suelo.
Ay mi pueblo que puente que tiene
la envidia de las villas cercanas
de lo poco que en pie se mantiene
lo mucho que lo andan las mañanas.