Le encanta cuando la abrazo y la atrapo
cuando le rompo la licra y la amarro
Probándola tentándola trayéndola
más tectónica más acá exótica hacia mi
fruto tropical relleno de néctar
y hoy con mucho fuego, pero yo
ya quiero morder su pulpa llena de madurez
y que escurra mi jugo por las comisuras
de sus labios y su piel.
¡Ay, todo es distinto
cuando estoy con usted!
¡Déme su suave mano
que ahora la disfrutaré!
Él puede ser dueño de su cuerpo,
pero mamacita yo soy dueño
de su alma, su corazón y su sed.
Es que su imaginación me invoca
como el aire su respiración.
Su corazón palpita más rápido
siempre que se acuerda de mi sex
y sin querer comienza a revivir
las travesuras que día a día
disfrutamos juntos...