Hay veces que me digo:
cuánto ten con ten,
cuánto miramiento.
Cojo el vaso y bebo.
¡Cuánta vida se esconde
en un trago de vino!
¡Cuántos tragos amargos
se esconden tras los tragos!
Y pasa el tiempo, corre,
sin vislumbrar caminos,
sin encontrar la senda
aquella que perdimos.
Y solo el qué dirán
marca nuestro destino,
cobarde de ilusiones,
que nos fueron robadas
por el mortal hastío.