Hablo conmigo mismo y conmigo mismo habla conmigo.
Hablamos de sentir, hablamos de llorar, hablamos de reír.
Nos preguntamos por nuestro cobijo prometido;
aquel de océanos entrecanos,
ese que en su seno levanta brotes de sol.
Tratamos de explicar el sentido de las luces del claro;
cantamos, soñamos, jugamos.
Escondemos tesoros,
descubrimos los colores de las migajas en el oreo,
consumimos el tiempo a tiempo,
destellamos la noche de quimeras.
Reproducimos el Eros;
sus pupilas, su boca que habla sonrosada;
somos felices conmigo mismo y yo.
Somos un ágape, arrumaco de diamantes.
Escuchamos y cantamos la melodía del vivir
sin que se enfríe el olor del Espíritu.
Conmigo mismo suspira hondo,
se hace un verso de gozo...
Es querido conmigo mismo, es querido.