Ernesto Marrero

Un día más

Pasan los días, el viento sopla confuso.

Los ojos de la cima enceguecen

ante una negra realidad           

de tristes sombras que vagan por las calles

y voces mudas que subastan su conciencia

 

Pasan los días, muere la aurora.

El oscurantismo y la hegemonía

recorren los cauces de los ríos que se secan,

y  las arcas se llenan de oro verde

por el fétido barro que corrompe el alma

y el polvo blanco de la adicción

 

Pasan los días, gira el mundo.

El espejo se quiebra y escapan los reflejos,

son contrarios que escalan a los pedestales.

El digno y el honesto son lanzados a las ciénagas

y el indigno es alabado con galardones y decoros.

El asno y el parásito son enaltecidos,

el maestro es menospreciado y a veces pisoteado.

¡Las cloacas son admiradas como manantiales

y los manantiales desdeñados como cloacas!

 

Pasan los días y regresan cabizbajos.

Ahora sopla el silencio adolorido

ya cansado de tanto olvido y opresión.

Los huesos patrios se lamentan y sollozan,

aquellos seres que vivieron en el sublime honor

hoy sienten lástima por su curtida tierra

 

Pasan los días, los días pasan…

Los bufones montan su función

y las cómplices focas aplauden con fiereza,

con tanto salvajismo que sus manos sangran

y tiñen de rojo el azul del cielo…

El cielo que un día ondeó

                        la augusta bandera de la esperanza


De mi poemario: El tiempo y su legado