Etéreas las caricias
que se marcan con tus dedos
y los trazos en el lienzo
taciturno de mis sueños.
Impalpables los pesares
producidos por el tiempo,
por distancias calculadas,
por destinos pasajeros.
Que flotan y golpean
las columnas en el cielo.
Matando lentamente
con su disparo certero.
Desapercibidos ojos
de colores que hoy yo veo.
Con pestañas muy hermosas,
con su iris muy perfecto.
Que me observan y orgullosos
me aferran a tu cuerpo.
Y se cierran lentamente
mientras con susurros
rozas mi cuello.
Secretas las faenas
que luchaste tú conmigo.
Para probar del sentimiento prohibido
y gustar de los ríos escarchados
que fluyendo muy serenos...
...Nos transportan al olvido.