“Guatemala entre Agua y Arena”
Sé que no bastan las palabras más espero que encontremos en ellas la inspiración para trabajar a todo pulmón y levantarnos de la tragedia…A nuestra madre Guatebella le llovió sobre mojado, primero fue esa lluvia de ceniza y arena que expelió desde el centro de la tierra uno de los colosos guardianes que se levantan en nuestro suelo, el volcán de Pacaya, luego la tormenta Agatha quiso besar nuestra tierra y en ese bezo profundo arrasó y soterró el patrimonio de muchos de nuestros hermanos que tras años de sacrificios y desvelos habían labrado para sus hijos y hoy se ven sin nada, mas con la esperanza que palpita en el pecho de un pueblo que tiene su mirada fija en Dios…
Mas amigas, amigos es tiempo de pasar de las buenas intensiones a las acciones concretas, es tiempo de decir presentes desde donde estamos pues nuestra madre Guatebella nos reclama…Es tiempo de dar no desde las sobras de nuestra abundancia, sino mas bien desde nuestra propia necesidad, para darle vida a lo que un día dijo la Madre Teresa de Calcula: “Hay que dar desde donde duele…” Si hay algo que siempre hemos tenido los guatemaltecos es el de solidarizarnos y si no pregúntenle a algún hermano que ha visitado el país dese el extranjero, siempre les dirá: La Antigua Guatemala una ciudad llena de historia, leyendas y encanto, Tikal una realidad fuera de este mundo, Atitlan un paraíso en la tierra, pero su gente, su gente sí que es buena gente…. Y es esa calidez humana que se conjuga con lo caprichoso de la topografía, es ese paisaje que parece pintando en las costas, en los ríos y las montanas las que los invita a regresar.
Somos herederos de una de las culturas más sorprendentes del planeta y es esa herencia la mejor diligencia que nos conducirá a un presente y futuro mejor, no olvidemos que hasta José Martí alzo su pluma para cantarle a “La Niña de Guatemala”, no olvidemos que esta tierra sigue pariendo hijos de pura esperanza, que de sus entrañas han surgido mujeres y hombres como Miguel Ángel Asturias que con su pluma le canto a los hombres de maíz con tal exelencia que lo llevo al Novel de Literatura; un Mateo Flores que fue el primer latinoamericano en ganar la maratón de Boston; una Rigoberta Menchu que con su voz grito al silencio y le despertó la conciencia y la llevo al Novel de la Paz, o un Ricardo Arjona que pone a las letras a cantar y a las notas a vibrar para llevar la voz de una generación…No olvidemos a esos héroes anónimos que cada día se rifan el físico aun que no haiga para ellos ni cámaras ni reflectores, ni grandes titulares en los diarios, pero que son capaces de compartir sus talentos y su amor a diario.
Sabemos que el luto y el dolor hoy embargan a muchas familias, que habiéndolo perdido todo, han sido desposeídas más allá, pues han perdido vidas de hermanos, padres, madres, familiares y amigos que no se pueden recuperar. ¡Ojala! Esas voces que hoy claman en el silencio se escuchen en nuestras conciencias, ¡Ojala! Respondamos con amor y generosidad. Todos podemos aportar algo, todos tenemos bienes y talentos que podemos compartir y no permitir que el olvido y la indiferencia haga que nos quedemos en buenas intensiones…Los que se encuentran en nuestra tierra, sabemos que sufren a doble partida, pues tiene que sobre ponerse al propio dolor y nosotros los que en la distancia suspiramos por ella, pero en ambos casos mientras que Dios nos de vida, siempre hay algo que podemos hacer por los demás, siempre tocara a la puerta de nuestra vida esa molestia a veces, pero que es la misma voz de la conciencia que nos dice que la vida cobra sentido cuando servimos a los demás y estamos dispuestos a compartir.