Cada noche que llego a encontrarme contigo,
Tu fragancia es mi fuego cuando cae tu vestido,
Se vuele todo tu aroma un dulce torrente
Que a mi mundo perfuma de deseo ardiente.
Cuando caen tus ropas tu fragancia me inunda,
Se convierte en esencia divina y profunda,
Se vuelve tu aroma un dulce torrente,
Que a mi mundo perfuma de deseo ardiente.
Luego te olfateo toda de pies a cabeza,
Y exploro tus valles y tu suave maleza,
Voy tratando a la vez de contener tu esencia,
Y de llenarme de ti el corazón y conciencia.
Y si entre mis brazos te tengo perdida,
Trato de contener todo tú aroma de vida,
Derramar una gota es una cosa prohibida,
Pues tu perfume es mi aliento y mi vida.
Yo me dejo llenar del placer de tus cosas
Y me pierdo completo en tu boca melosa;
Me extravió cada vez en tu piel tan hermosa,
Pues hacerte el amor, es la mejor de las cosas.
¡Yo me dejo invadir de tu aroma de rosa,
Y me pierdo completo en tu cuerpo de diosa!
¡Yo extravió cada vez en tu piel la cordura,
Pues hacerte el amor, es mi gloria y locura!