Hola,
disculpa que sea esta, la portadora
de mis palabras de despedida.
Si, quizás mañana ya no este contigo
mañana haya partido, para no volver
quizás mañana este en el paraisó
junto a Dios,
caminando por lindos prados y jardines
que me recuerden a ti, que me recuerden
tu amor, tu dulzura, tus palabras que me
hacían tan bien y tan feliz.
Como me duele dejarte, como me duele
que no estés junto a mi, para tomarme
de tu mano y no me dejes partir.
Un hombre bueno, vino asta mi
y me a invitado a caminar, me a enseñado
un largo y blanco camino que al final del pasillo,
se encuentra una puerta abierta de par en par.
Tengo miedo y no te quiero dejar,
me duele dejarte aquí sola y triste,
sin tener a quien amar,
pero se que a donde voy,
voy a estar bien, que desde allí
estaré cuidando de ti y amandoté como
siempre y por siempre mi amor.
Quiero que seas feliz, quiero que tu llanto
sea de felicidad, por que en tus sueños,
me veras feliz, y en tus oídos escucharas
mi vos diciendo que estoy bien,
que te quiero, que te amo, que te adoro.
Las palabras que dejo en esta carta,
no son palabrita, y aun que las escriba
con llanto, son mi propio llanto,
que llevo con mi dolor,
por que dejo un gran amor, una gran mujer.
Se que ya no me veras, que no me encontraras
cuando llegues a casa y me quieras pedir un café,
para calmar el frío de tus manos
y abrasarte a mi cuerpo y sentir mi calor.
Ya es hora de partir, dejo un beso con todo mi amor,
para que lo sientas y lo guardes, tan solo para ti.
Pero aun que no me veas y no me sientas
yo estaré aquí, cuidando tus pasos, cuidando de tí.
Adíos amor, me boy con la pena de no
haber cumplido como habíamos querido
morirnos junto los dos, pero allí esperaré por tí,
para tomarnos de la manos y caminar
juntos por jardines y prados
para terminar amandonós por siempre y
por siempre, amor.