He visto tu soledad
Parece un ave que se escapa en un suspiro
Una noción de tiempo pasado en el presente
O eso que llaman deyavu
Que como ya lo dijo Escandar
“Tienes un nido de huracanes en el cuello”
Por eso miro uno a uno tus lunares
Como risas de tu piel
Y las gaviotas despeinan tu cabello suave
Y no olvido en ningún momento que te quiero
Como tampoco olvido lo frágil que soy
Que también te he visto olas en la mirada
Y un mar en la lengua
Que sigo sin descifrar como haces
para tragarte un alma con la risa
y devolverla en la caricia inesperada de tu voz
que no olvidare la música de tu pecho
ni la jaula que en silencio
se sentía libertad contigo
que tus ojos profundos lloran de alegría
y tu boca es roja fuego
como el ruido de las nubes al tocarse
porque te sientes como el fuego en el alma
aunque a veces tu piel este más fría
que el hielo
reír al lado de tu marea de segundos
es como tener momentos dulces
siendo un diabético de recuerdos
seguirás bailando detrás de las estaciones de tren
seguirás buscando desesperadamente un girasol
entre tantas rosas
y una risa se escapará de tu ser
y estarás allí
con tu mirada añejada como coñac
y yo estaré aquí
devorándome otro cielo
por qué tengo unas ganas de perderme
y a la vez unas ganas de encontrarme.