¡Volando sobre nubes de esperanza
en una comunión con alma abierta;
en furia se convierte mi templanza
mirando que Hidalguía yace muerta!
Y cruzan por mi mente mil preguntas
que llenan a mi espíritu de espanto:
¿Justicia y Libertad ya son difuntas
que deben de llevarse al campo santo?
¿La Paz es solamente la utopía
que grandes visionarios la soñaron?
¡El mundo se consume en apatía
y anhelos de equidad ya se esfumaron!
¿Buscamos solamente nuestra gloria?
¡Efímeros laureles de la vida!
¿Se puede disfrutar de tal victoria
mirando tanta gente sometida?
¿Tenemos como lema nuestra fama
tan solo para ser los consagrados?
¿Nos dio Naturaleza grande flama
a cambio de ignorar los mancillados?
¿Se puede ser feliz al ver pobreza
qu aflige a tantos pueblos oprimidos?
¿Acaso no tenemos la entereza
de darles nuestro aliento a sus gemidos?
¡Que rabia da mirar la gran tristeza
que causan las cadenas opresoras!
¡Y ver que los tiranos; gran riqueza,
obtienen con falacias salvadoras.!
¿Entonces dejaremos que la historia
nos juzgue de cobardes y traidores?
¡Dejando que laceren la memoria
de aquellos inmortales luchadores!
Pintemos los colores de la lucha
con plumas encendidas de coraje;
el pueblo a los valientes siempre escucha
y sabe que el honor es su equipaje.
Si somos hacedores tan febriles
de versos con hermosa melodía;
¡hagamos de las rimas proyectiles
que inyecten la conciencia y valentía!
Autor: Aníbal Rodríguez.