Se queja mi cuerpo del tiempo y mi tiempo
en esta mañana muy húmeda y clara
y siente profundo mi carne y mi alma
pequeños abrazos de rocío y escarcha.
Y el sol que sonroja la piel de mi cara,
deslumbra a lo lejos figuras de plata
que veo a través de luces y sombras
en el mismo mar de ayer y mañana
con el propio amor que mi fe determina
y la sencillez de mi ingenua esperanza.