No quiero nunca más llorar el llanto
que me dejó en el alma aquella muerte.
Quiero vivir el día, hacerme fuerte,
y sobornar el hado con mi canto.
Quiero olvidar las crueles amarguras
que me tocó sufrir de la traidora.
Hay otras formas de esperar la aurora,
con quien me da su paz y su ternura.
No me importan la infamia o la mentira
que creen por allí los que me atacan.
Hace ya tiempo que dejé esa cloaca
donde sólo se insulta o se conspira.
Abandoné también la militancia.
Que cada quien se entierre como quiera.
Al fin y al cabo, de cualquier manera
deberé confrontar mi circunstancia.
No quiero más dolor. Elijo vida.
Elijo la belleza cotidiana.
Elijo despertar cada mañana
con la esperanza al mango y encendida.
Ya basta de sufrir. Basta de llantos.
Basta de histéricas complicaciones.
Tomaré las mejores decisiones.
Tal vez soborne al hado con mi canto…